La familia debe ser promovida, protegida y fortalecida, ya que es el núcleo fundamental de la sociedad, la principal fuente de cohesión social y la más confiable red de seguridad para las personas.

El Estado debe fortalecer a la familia, atendiendo sus problemas y procurándoles oportunidades en condiciones de equidad, tomando en cuenta la formación y el cuidado de los hijos, las cargas familiares, la protección durante el embarazo y la compatibilidad entre la familia y el trabajo, de tal forma que el entorno laboral responda también a las necesidades del mundo familiar.